Todas las naciones aspiran a que su gente acceda al mayor nivel de libertad y prosperidad posible.
Algunos países logran hacerlo mejor que otros.
Nadie en el mundo lo ha hecho y hace mejor que Suiza.
A inicios del 1900, la nación Helvética era todavía uno de los tantos países pobres de Europa. Hoy es la nación con la mayor riqueza por adulto que existe – de lejos. Y es también aquella en que la gente goza de una combinación de libertad, justicia, paz, seguridad, equidad, y cohesión socio-económica con un nivel inigualado.
Cómo lo han logrado ?
Gracias a la “receta mágica”, la cual rige la vida en comunidad en Suiza en forma ininterrumpida desde hace más de 100 años.
Esta receta tiene tres ingredientes principales, los cuales están ilustrados en la tapa del libro. Basta clicar en las imágenes para tener una primera impresión al respecto.
Cada uno de los ingredientes contribuye a su manera hacia el acceder al nivel sin parangón de libertad y prosperidad que existe en Suiza. Pero es por sobre todo la combinación entre ellos que hace una gran diferencia. Cada ingrediente ayuda a potenciar y reforzar las contribuciones de los otros dos – favoreciendo así el círculo virtuoso de libertad y prosperidad creciente que experimenta el país. Y es asimismo gracias a esta combinación que el estado de derecho suizo goza de un nivel de credibilidad y fiabilidad insuperable también fuera de sus fronteras.
La experiencia de Suiza enseña claramente que es sólo a través de una mayor libertad que una nación accede a una mayor prosperidad en forma genuina y sostenible – y no viceversa. Y revela igualmente que una mayor prosperidad requiere a su vez de una ciudadanía con mayor libertad como condición necesaria e imperativa al mantener un equilibrio y equivalencia entre los niveles de madurez cívica/política de la población y la mayor “madurez” económica (i.e., riqueza) que van alcanzando las personas.
Esta experiencia evidencia también que el acceder a ciertos niveles de libertad es un “fruto” de largo plazo – y al cual se llega a condición de acumular muchos años, tal vez decenios, de una estabilidad y continuidad política que la alternancia de gobiernos en las democracias representativas probablemente nunca podrá brindar.
La interacción entre libertad y prosperidad es por cierto un proceso vivo y dinámico. Y puede ser progresivo o bien regresivo. A insuficiencia de uno, el otro elemento tarde o temprano dejará de avanzar. E incluso se puede caer en una “marcha atrás” en caso que se cree una brecha y desequilibrio muy grande entre estas dos dimensiones fundamentales del bienestar de toda sociedad.
Cabe destacar que además de los beneficios intrínsecos que se reciben de aplicar la receta, es también gracias a ella que Suiza vive libre de las peores deficiencias que afectan a tantas democracias representativas – incluyendo: dominio de la partitocracia centralista; abusos y excesos de los políticos profesionales; preponderancia de la demagogia y el partidismo; manipulación de la opinión pública en base a slogans doctrinarios orientados a polarizar la sociedad; relación entre líderes políticos impregnada de rencor, odio, acusaciones, falsedades, difamación, calumnias, denigración, e injurias; corrupción y malversación de fondos; servicios públicos de mala calidad; infraestructura decadente; represión de minorías; burocracia inútil; manifestaciones violentas; etc.
Una de las conclusiones más valiosas que se obtiene tras varios años de investigación, análisis y reflexión, es que la receta mágica se puede implementar también en otras naciones que aspiren a seguir el ejemplo de Suiza – esto es, (i) entrar en un espiral progresivo de mayor libertad y prosperidad en forma irreversible y perdurable, y (ii) liberarse de las tantas deficiencias enumeradas más arriba.
En este contexto, los objetivos principales de este libro incluyen:
Buena lectura !